Esto lo dijo recientemente el Pep Guardiola:

Fútbol no es jugar a un toque, a dos toques, o conducir el balón, o hacer gambetas. Fútbol es tomar la decisión correcta y en el momento adecuado. A veces tú tienes que hacer dos toques, pero a veces uno, a veces gambetear, y algunas veces tú tienes que hacer seis toques. Entonces, cada una de las acciones es completamente diferente.”

Y trece años después, … continúa tan vigente para hoy, el que la profesión que más quema, es la de ser técnico de fútbol !!!.

¿Por qué se cambia tan rápido y tan prontamente un técnico de fútbol?,

¿Qué es lo que los saca después de 4 resultados negativos de los equipos que dirigen?,

¿Cuáles las razones para que esta profesión sea hoy día tan “somera y pasajera” para algunos directores?,

¿Hay alguna manera de superar “esta crisis” de técnicos despedidos?,

¿Quién se le quiere medir ahora mismo a ser técnico de fútbol, de un equipo posicionado en los últimos lugares de la tabla, o sin conseguir un título los últimos 10, 20 y 30 años, y/o apunto de descender a una categoría menor?,

Como nuestra mano derecha o izquierda nos muestra que tenemos cinco dedos, he aquí estas cinco básicas preguntas que me formulo y que deseo compartirles, acerca de lo que está pasando con ésta profesión que enfrenta y afronta hoy día, en la plenitud de avanzada del tecnificado como acelerado siglo veintiuno, “los mayores dolores de cabeza”, para directivos, técnicos, jugadores e hinchadas de los equipos de fútbol, a nivel mundial.

Y aquí están estas otras 5 análogas,

¿Por qué no duran ni prevalecen los técnicos en los equipos de fútbol?,

¿Qué pasa con ellos?,

¿Qué les está haciendo falta?,

¿No hay una verdadera selectividad, ni asertividad al elegirlos y nombrarlos?,

¿Por qué son como “pan quemado”, cada nuevo día?.

Si lo miramos desde el punto de vista de los resultados inmediatos negativos, que es la causa principal y primordial como la curva descendente por la que “salen y sacan” a los técnicos, diremos “que los directivos tienen la razón”, al despedirlos.

Es más fácil y menos oneroso despedir uno solo, -en este caso al técnico- que los once o los dieciséis que juegan.

Pero si lo miramos desde la óptica de los procesos, y de la construcción técnica-táctica-deportiva-competitiva-funcional-ganadora-exitosa, diremos que en ello “fallan” los directivos, por la falta de darle continuidad y respaldo a los mismos.

Claro está que dejemos la salvedad, que sí ha habido en algunos pocos equipos, -sobre todo nuestros, colombianos- “procesos largos y con muy buen tiempo de respaldo y de espera”, que tampoco ni han cuajado, ni han producido los efectos ni los resultados positivos esperados, y entonces, agotadas todas las causales “para encontrar la mejoría”,… que no aparecen y que tampoco llegan, finalmente, “el técnico perdedor y fracasado”, debe tirar la toalla y decir adiós “y salir al trote por la puerta de atrás”, odiado, chiflado y aborrecido por todos !.

Quiero remitirme en este análisis y para ser lo suficientemente puntual, a nuestra incidencia local, nacional y colombiana de hoy día, en el marco de nuestro fútbol profesional, versión 2009, competencia del torneo apertura, primer semestre.

Al día de hoy, faltando 3 fechas clasificatorias para disputarse y definir los 8 equipos que ingresarán a la batalla deportiva por la conquista de la primera estrella del año, tenemos técnicos despedidos por sus fracasos, a la lata.

Al menos cuatro equipos de los “llamados grandes”, de nuestro rentado, aunque hoy día ya tampoco se gana “ni de camiseta, ni de boquilla, ni de nombre”, están eliminados, y 3 de sus técnicos “han salido por la puerta de atrás, cargando en sus espaldas un rótulo fastidioso de rotundo y catastrófico fracaso”.

Estos equipos, llamados, Atlético Nacional, Deportivo Independiente Medellín, Millonarios e Independiente Santa Fe, “los dos grandes” de Medellín y “los dos grandes” de Bogotá, están por fuera de las finales, con mucha pena y sin nada de gloria.

¿Un adefesio, una ironía, un despropósito, un desencanto, un desengaño, un inconcebible, un mal que no para, una maldición, un maleficio, una brujería?

Llámelo como usted quiera mi amigo. Pero simple y llanamente es y se trata de un “contundente como concluyente fracaso”.

Y lo escribo así entre comillas y resaltado para realzarlo por su profundidad y su contenido, porque lo que tenemos en frente de nuestros ojos y en frente de los números y de las estadísticas deportivas que no nos mienten, es un descalabro y un fiasco integral absoluto, tanto de directivos fracasados y perdedores, juntamente con los técnicos que reciben ése mismo rango.

Pero tres técnicos ya salieron vilipendiados, pitados, abucheados y por la puerta del fondo: Luis Fernando Suárez, en el Atlético Nacional, Óscar Héctor Quintabani, en Millonarios y Hernán Darío “el Bolillo” Gómez, en el Santa Fe.

¿Y qué clase de técnicos son estos tres señores? Todos ganadores. Todos de un perfil alto, de costos considerables y de unos currículos pletóricos de conquistas y de triunfos.

Veamos una sola cifra:

1.-) Luis Fernando Suárez, clasificó con honores a nuestros vecinos, la Selección del Ecuador, al Mundial último del 2006. Además en el año pasado, en una campaña relevante mantuvo al Deportivo Pereira en la A.

2.-) “Bolillo” Gómez, lo había conseguido por primera vez con ellos mismos para el Mundial del 2002.

Y, 3.-) Óscar Héctor Quintabani, se ganó en el año 2007, los dos títulos del apertura y del finalización con el Atlético Nacional.

O sea, estos tres caballeros no son unos aparecidos, ni mucho menos unos principiantes, ni tampoco están pintados en la pared, si de recorrido y de Good Will se trata. Pero, “han fracasado hasta los tuétanos”, y hoy son “historia quemada y negra” en los equipos que dirigieron. Allí no los quieren volver a ver “nunca jamás”.

Pero falta algo, mis amigos: ninguno de los directivos que los contrataron y que los sostuvieron, y que los respaldaron, ha salido, ni se les pasa por la mente, el querer renunciar.

Y creo para mí, que el mal en estos equipos seguirá, a no ser que haya “una reingeniería interna absoluta y total”, porque la raíz podrida no se ha cortado aún. Y esa raíz podrida, está en la dirigencia incapaz, yoísta, -primero yo y mis bolsillos, … y último yo y mis bolsillos- negligente, aburguesada, fracasada y perdedora, que ha contratado mal, que ha dilapidado a manos llenas gigantescas inversiones y que está direccionando los intereses de los equipos “por un sendero incorrecto y abismal”.

Creo igualmente que para que un equipo engrane en una sólida estructura competitiva-administrativa-organizacional-funcional-ganadora deben confluir tanto los directivos capaces y responsables, visionarios y de ejecutorias activamente empresariales, juntamente de la mano fructífera de aquellos técnicos comprometidos “con un plan de trabajo sencillo”, -en el fútbol ya está todo inventado, pero hay que renovarlo, revalidarlo, actualizarlo y dinamizarlo continuadamente- que haga funcionar colectivamente y como equipo “a los jugadores”.

Y ese “que haga funcionar colectivamente y como equipo a los jugadores” lo converge para mí una simple palabra íntegra e integral, bastante conocida pero altamente en desuso y penosamente desgastada; que sabia e inteligentemente bien entendida, acertada y asertivamente atendida y excelentemente aplicada provoca los efectos y los resultados más grandiosos. Se llama: ¡¡¡¡¡ L-I-D-E-R-A-Z-G-O !!!.

Hoy día no tenemos en nuestro fútbol colombiano, ni liderazgo dirigencial, ni liderazgo como y para entrenadores.

Un técnico de fútbol ante todo, es primero un formador. Y de la mano de ser un formador, así entre su grupo hallan “jugadores consumados en la experiencia” debe formarlos en aquello “que será su estructura integral de juego colectivo y de equipo”, se convierte entonces en un entrenador. Y de la mano de ser un entrenador, debe hacerse luego un motivador. Y de la mano de ser un motivador, llega entonces a erigirse en un director. Y de la mano de ser un director, pasa a consumarse ahí sí en un líder. Y el verdadero líder íntegro e integral, más que “enseñar su plan o su charla técnica-táctica” con sus palabras, esquemas y conceptos, las vive y las enseña primero con el ejemplo diario.

Y hoy día, lamentablemente nos falta ver, sentir, palpar y vivir “estos muchos y muy buenos ejemplos que quisiéramos presenciar” entre la mayoría de nuestros dirigentes, como también entre el grueso de nuestros técnicos de fútbol.

No tenemos “una escuela deportiva” que enseñe aquellos valores de cómo debe ser aplicada como identidad y a satisfacción plena la verdadera competitividad, ni tampoco que se nos enseñe la sencilla esencia triple A que conlleva saber vivir la misma: actitud+aptitud+acción.

El fútbol y cualquier deporte que se practique, ante todo es un juego-ejercicio corpóreo-mental, -y lo uno debe ir de la mano con lo otro- que nos debe otorgar identidad, placer, gusto, relax, integralidad, cohesión, bienestar, satisfacción, vida, amor y plenitud.

Lo demás son arandelas que le sabemos colgar para distraernos de los objetivos y de los propósitos auténticos.

Miremos 4 ejemplos nuestros que tenemos hoy a mano, en 4 de nuestros equipos de fútbol, básicos, y sabremos que ellos sí se los están aplicando:

1.-) La Equidad y su técnico Alexis García

2.-) Boyacá Chicó y su técnico Alberto Gamero

3.-) América de Cali y su técnico Diego Umaña

y 4.-) Deportes Quindí y su técnico Néstor Otero.

Primero que todo, deseo resaltar en ellos (equipos y técnicos) que feliz y gratamente, son compatriotas y son colombianos, son de nuestra estirpe y de nuestra piel, a veces curtidita por el sol, aunque les duela a muchos.

O sea, entre nosotros tenemos gente que sí trabaja, que es dedicada, que se aplica un plan sencillo, responsable, creciente, ganador y que sí saben hacer con lo que saben.

Estos equipos no han conseguido de gratis todo lo que hasta hoy albergan y tienen en sus arcas. Lo han sumado con trabajo, con tesón, con paciencia, con dedicación, con sacrificio, con tenacidad, y con sus metas claras, precisas y efectivas.

La Equidad tiene hoy día una estructura empresarial exquisitamente sólida, con directivos empresariales, que sí saben de administración de empresas, que están respaldando un trabajo serio, mesurado, responsable, efectivo, ganador, continuado y creciente.

¿Cuántos años lleva este proceso de trabajo?

Desde la misma B y luego de su ascenso a la A, creo que son 4 años. Y es el equipo que en esas mismas temporadas e instancias competitivas ha sacado y sigue sacando la cara por Bogotá.

Y Alexis García, recibe los reconocimientos más que merecidos, porque los tiene y los mantiene. Demuestra con creces lo que expone ante sus dirigidos y luego ante el público.

Esta sacada de cara por la capital, la empezó el Boyacá Chicó cuando igualmente ascendió de la B a la A, 5 años atrás.

Hoy día, desde Tunja la Capital Boyacense lo mantiene en curva ascendente y hacia objetivos ganadores y también le sigue apostando al proceso deportivo estructurado, continuado, dedicado, sólido, ganador y efectivo.

Su escudo tiene bien cosida una fulgurante estrella de campeón, alcanzada en el primer torneo del año pasado, ante el América.

Y su técnico Alberto Gamero “formado en nuestra cantera experimental colombiana” está firme, tranquilo, sin aspavientos, aterrizado y con los pies en el piso; trabajando ardua y duramente.

América de Cali, “con la uñas” y repleto de “impases y de falta de la paga” le regaló a su numerosa hinchada el año pasado en el torneo finalización, la décima tercera estrella, con un trabajo consciente y responsable que deslumbró a propios y a extraños, por el fútbol de avanzada, dinámico, contundente, gustador y goleador que nos mostró.

Su técnico Diego Edison Umaña, -a veces salido de contexto- ha permanecido trabajoso y dedicado al frente del grupo largos 3 años.

El Deportes Quindío, de la mano del estudioso y matemático Néstor Otero, conocido como el técnico moldeado para fortalecer los llamados “equipos chicos”, ha ido consolidando en un proceso de dos temporadas, un grupo de trabajo serio que está dando la pelea, -como la dio en su momento con el Atlético Huila- con agradables argumentos futbolísticos.

Solo el domingo pasado, ante La Equidad, el cuadro cafetero perdió en el último minuto su condición de invicto como visitante. Algo nada gratuito que hubo conseguido con trabajo, orden, disciplina y efectividad.

Y diría que hay un 5 equipo, en pulimento y en formación; -sin desconocer lo que hacen Atlético Junior, con Julio Comesaña y Envigado, con Óscar Aristizábal- que es el Real Cartagena que igualmente “con las uñas” y con chicos de “su propia cantera” acompañados por dos zorros de mil batallas, como “El Cocho” Hernando Patiño y el arquero Juan Carlos Henao está dando visos de que quiere y puede alcanzar grandes logros.

Tras la bambalina técnica está “un desconocido” también hijo de piel heroica, al frente del reto. Es Húbert Boderth, su entrenador. Un cartagenero reposado, preciso, bien hablado y de conceptos claros en lo que quiere, haciendo un trabajo consciente y callado desde la B, de donde lo ascendió a la A de nuevo este año.

En los primeros 4 partidos perdidos de este inicial torneo, el primer técnico “en quemarse”, fue el “Nano”, Miguel Augusto Prince, al frente de la dirección técnica del Atlético Huila.

Esa papa caliente la cogió “otro hijo de la cantera”, el “Teacher” Guillermo Berrío, y ahí mantiene al Huila, en “el cabeza a cabeza” con el Pereira, por la permanencia en la A.

El otro técnico que debió “abandonar” en la presente temporada porque igualmente “se quemó” por malos resultados, fue Bernardo Redín, al frente del Deportivo Pasto.

Y la papa caliente la recogió Jorge Luis Bernal quién “se había quemado”, primeramente en el Cúcuta Deportivo, y posteriormente, “salió quemado” de nuevo al final del año anterior, como timonel del Once Caldas.

Desde que asumió en el Pasto, solo ha ganado una vez, al Deportivo Cali, y la papa le “continúa hirviendo”.

Ahora bien, hagamos un repaso por todos los “demás quemados”, que podemos recordar y contabilizar en las últimas temporadas.

Pedro Sarmiento ha “salido quemado”, de Independiente Santa Fe y del Cúcuta Deportivo. Ahora mantiene “su papa caliente”, -pareciera que le gustara comérsela siempre así- con el Deportivo Pereira en la brega por no bajar a la B.

Al Cúcuta Deportivo, retornó Jorge Luis Pinto, después que éste “se fundió quemado”, al frente de la Selección Colombia, camino de la eliminación del Mundial África 2010.

Y si nos eliminan definitivamente, -porque estamos más fuera que dentro- creo que se “quedará quemado”, el profesor Eduardo Lara

Del Cúcuta se había “ido quemado”, precediendo a Pinto, el entrenador uruguayo, Aníbal “el Maño” Ruíz. Pinto ahora lo tiene al “Roji-negro” levantado, aunque no está asegurado entre los 8 finalistas.

Pero quizá el equipo que sí es una verdadera “papa super-caliente” y un verdadero “horno y quemadero” de técnicos es el Deportivo Cali. En los últimos diez años ha cambiado técnicos como cambiarse de calzoncillos.

Después que se campeonó por séptima vez en 1998 y luego de un trabajo recogido del “Pecoso” Castro, con José Eugenio “el Cheché” Hernández, alcanzó aquel título -“el Cheché” es nuevamente en este 2009 su técnico- han pasado y se han “fundido quemaditos” un incomparable ramillete de técnicos de la talla de Reynaldo Rueda, Néstor Otero, Luis Fernando Suárez, Bernardo Redín, Javier Álvarez, Óscar Quintabani, Jaime De La Pava; y los extranjeros Ángel Labruna, argentino, y el uruguayo Daniel Carreño estos dos últimos, en quienes se invirtieron procesos de tres temporadas completas sin resultados efectivos, desde el 2006.

Solo Pedro Sarmiento que después se “fue quemado” igual quién recaudó otro trabajo elaborado de Jaime De La Pava llevó a los azucareros a la octava estrella en el finalización del 2005.

Pero lo que sigue es escandaloso. Si sumamos bien han pasado 10 técnicos en los últimos 10 años deportivos, por el Cali. Una barbaridad, un desastre, una hecatombe, un debacle, un despilfarro atroz y una imperdonable incapacidad dirigencial para poder estructurar un proceso coherente, práctico, dinámico, efectivo, contundente, gustador, ganador y exitoso.

Y esto que se sabe y se ve que El Cali tiene toda la plata del mundo, toda una estructura sólida administrativa y operacional, que brinda todas las garantías para cualquier técnico que vaya a dirigir y para el jugador que allí llegue.

¡¡¡ Pero, “naranjas agrias” como decía mi abuelo. No hay nada de nada !!!. No hay liderazgo. No hay dirigencia. No hay estructura. Al Cali le hacen un gol y con ese golcito pierde. Y está metido entre los 8, porque además “le colgaron 3 puntos en el escritorio”. Si no estaba eliminado.

¿Qué vemos aquí?.

Que nos falta esto que ya les reescribí de nuevo:

Nos falta, … ¡¡¡ L-I-D-E-R-A-Z-G-O !!!.

Liderazgo dirigencial y liderazgo para y como entrenadores verdaderos.

En nuestro país y en el mundo entero (miremos hacia Argentina, Brasil y Europa) seguirá bailando “la fiesta inmisericorde e inolvidable” de los técnicos de fútbol “quemados a mañana, tarde y noche”, si no nos atrevemos a cambiar los esquemas, practicando y promoviendo el fútbol fácil, pero el fútbol de avanzada, dinámico, ofensivo, efectivo, creativo, contundente, ganador, gustador y goleador.

¡¡¡ Este es el fútbol que al menos quiero ver, vivir, entrenar y comentarlo !!!.

Porque otra de las cosas que igualmente “está quemando” los técnicos, es el fútbol ultradefensivo, timorato, temeroso, medroso, “de vení colguémonos todos de los palos”, el de echemos el balón para atrás, el de un huérfano atacante, guerreándosela solo contra el mundo, que por el simple hecho de cambiar de estadio, les provoca pánico, y todos salen a fabricar el resultado; ese maloliente cero-cero.

¡¡¡ A este fútbol “que juega de para atrás” digámosle fuera !!!

¡¡¡ Practiquemos el fútbol que sabe atacar para saber defenderse !!!

¡¡¡ Este axioma exitoso no ha cambiado y quienes lo han practicado y lo practican aún, salen vantes y vencedores siempre !!!

Ayer miércoles, Chelsea, jugando en su estadio del Stamford Bridge lo demostró y lo debió vivir en carne propia cuando perdió en el último minuto la clasificación a la final de la Champions ante el Barcelona español.

En el partido de ida del Camp Nou salió a defenderse, nunca atacó en los 90 minutos y sí, empató a ceros. ¿Y qué hubiera pasado si ataca? Quizá hoy día estaría clasificado.

Y ayer de nuevo en su estadio salió defensivo y aunque ganaba desde los 9 minutos, no atacó con contundencia para lograr el 2 X 0, pese a que el Barça jugó con 10 hombres desde los 66 corridos, y al final perdió la clasificación a los 93 minutos de juego. Un pago a su esquema timorato, defensivo y miedoso.

En cambio el Barca, con uno menos en el campo y el reloj corriendo en su contra no cejó en atacar, y en la agonía, su estelar Andrés Iniesta le dio el gol de la gloria.

El fútbol para mí, primero se gana en la mente. Después hay que salir a revalidarlo en el campo de juego,-juegue donde juegue- sin que nos importe el pitazo del árbitro. Esta es otra enseñanza que tampoco se nos imparte en la vía acertada.

Optemos entonces “por aplicarnos reingeniería”; que deberá partir inicialmente desde nuestra fortaleza primaria que es nuestra propia mente: es el cambio de nuestra actitud.

Segundo; trabajemos en y para consolidar y fortalecer las capacidades, habilidades y destrezas de nuestros jugadores: practiquemos la aptitud.

Tercero; sumemos las dos. La primera más la segunda, para que produzcamos: la acción.

Así tendremos La Triple A, El Tridente Ganador: ¡¡¡ actitud+aptitud+acción !!!.

¡¡¡ Que viva el fútbol. El que se juega hacia adelante. El que se gana a la ofensiva y con goles, gustando y goleando. Fuera el fútbol timorato, ultradefensivo, medroso y miedoso !!!.

¡¡¡ Y bienvenidos todos los técnicos de fútbol que quieran hacer historia, jugando, ganando, gustando y goleando !!!

¡¡¡ Permítanme que yo me incluya entre ellos !!!

ENTRENADOR
PHANOR HUMBERTO RAMÍREZ PEÑA