El veintiséis de enero del 2012, escribí esta crónica, y, hoy, diez años después mantiene su vigencia, incrustada en una profunda paradoja: ¡¡¡ El fútbol nos lo da todo e igualmente nos lo quita todo !!!

Real Madrid: ¡¡¡ Barça tu papá !!!

Ayer tarde, miércoles 25 de enero de 2012, otra vez el mundo deportivo, volvió a ver en acción y volvió a vibrar de emoción con el súper clásico del fútbol español; Barça-Real Madrid.

Jugaron en la sede “azulgrana” del Camp Nou; y buscaban la clasificación a la ronda semifinal de la Super Copa del Rey que ha quedado una vez más en las piernas del bien llamado, “mejor equipo de la historia”, el onceno “culé” que dirige el Pep Guardiola.

Una semana anterior, jugando muy bien en el Bernabéu, el equipo de “la pulga” Messi, había vencido 2×1 a tu rival eterno, y había dado el primer zarpazo, para acceder a la semifinal copera.

Los merengues de Mourinho debían ir “a jugársela toda” allí en las huestes del Camp Nou, y buscar remontar la diferencia.

Y bien que sí pudieron haberse ido arriba porque una vez salido el balón del centro del campo, Higuaín se lo perdió frente al golero Pinto, después de reiterados errores de los defensas Alves y Piqué.

El Real sabía que tenía que jugársela al ataque y así lo hizo. Todas sus baterías las enfiló hacia el arco azulgrana, comandado por las ansias y los deseos de triunfo de Cristiano Ronaldo; por las agallas de Kaká y por la fuerza de Özil.

Cristiano, casi que emulando el gol que había logrado en el Bernabéu, siete días atrás remató de zurda pero Pinto controló.

El Madrid era una tromba. Creaba opciones, llegaba reiteradamente, ponía en jaque a los catalanes, lo encimaba, no le daba respiro, lo asfixiaba, lo controlaba. Cortaba los espacios para que Messi no la tocara. Era una avalancha madridista en furor contra la portería “culé”, pero los goles no llegaron.

Özil remató de 30 metros y la puso en la escuadra de un Pinto algo “enloquecido” e Higuaín volvió a dilapidarlo.

El fútbol tiene un axioma absoluto, claro, preciso, contundente, que no perdona:

“el que no hace los goles, los ve hacer”.

Por lesión, los locales se quedaron sin su “cerebro” Andrés Iniesta y todo parecía, que esto ayudaría a los blancos; porque se iba una de las figuras que con Xavi y Fábregas son los dueños del medio campo que hasta entonces no había funcionado para los de Guardiola porque la dinámica del Real había cortado todos los circuitos azulgrana del medio campo con Messi.

El Real jugaba como el mejor Barça y el Barça jugaba como el peor Real.

¡¡¡ Qué paradoja !!!

Pero el gol de la tranquilidad, el del empate de la serie, el de las esperanzas, el de “quitarse el piano” catalán de encima no llegaba, y no llegó para los de Mourinho, “el fútbol escoge ganador”.

He acuñado esta frase, (que me he inventado a título de ensayo) desde que vengo viendo a los equipos colombianos, argentinos, brasileños, españoles, italianos, alemanes e ingleses; por resumir en estos 7 países, mi teoría; cada vez que los veo atacar, demoler, encimar, atosigar, reducir, someter y controlar a sus rivales pero no “meten” los goles: “el fútbol escoge ganador”, reitero.

Y ayer miércoles 25 de enero en el Camp Nou, mi teoría una vez más volvió a cumplirse.

El Madrid merecía ir ganando. Había hecho todo lo que un buen equipo, jugando y jugado al ataque debe hacer en un campo de fútbol.

El Madrid lo hizo todo. Atacó por derecha, por izquierda, por el centro, atinó de media distancia, a quemarropa, pero no “la metió”.

“el fútbol tampoco es de merecimientos; pero sí es de aciertos”.

El Madrid “merecía” ir ganando por todo lo que había hecho, jugando excepcionalmente al fútbol, y atornillando a un Barcelona impotente, quizá desarticulado e inreconocible pero el Barça resolvió su asunto, su papeleta y su cuento “acertando”.

En solo dos minutos, a los 43 y a los 45, del primer episodio, se le vino la “noche encima” a los merengues porque el Barça, lo ajustició.

Una sola jugada, y “la pulga” Messi se enrolló el balón, se aventuró como el “llanero solitario”, hizo que la defensa blanca se le viniera en gavilla; y una vez recogidos estos, la sirvió expedita, para que el reemplazo de Iniesta, Pedro colgara el 1×0, y la tribuna silenciosa del Camp Nou, estallara alborozada.

La rabia de Cristiano Ronaldo se evidenció en su gesto de “no puede ser” al sacudir sus manos y gritar toda su piedra y toda su impotencia, por ese gol recibido.

Y como para que el “dolor” merengue, no se menguara tan pronto, dos minutos después, Dani Alves pescó un rebote y un misil salió de su pierna derecha cruzando el área de Casillas y fue y se clavó en su palo de la mano diestra, para el inobjetable y contundente 2×0.

¿Merecía ir perdiendo el Real Madrid 2×0, con todo lo que había jugado, atacado y creado oportunidades de gol en el arco catalán?

Ya lo he dicho y escrito, el fútbol no es de merecimientos, el fútbol es sí de aciertos.

El Madrid no acertó en 42 minutos pero vino el Barça, despertó de su letargo en el momento preciso, y le colgó en 2 minutos, dos goles a su eterno rival, dejándolo humillado, eliminado y moribundo.

El sarcasmo de los hinchas culés, lo saben gritar, “Mouribundo”.

Herido en lo más profundo de su orgullo, dolido en lo más íntimo de su fútbol y estrujado en el corazón de su capacidad, el Real Madrid retornó al segundo tiempo dispuesto a “morir con las botas puestas”.

Nada le favorecía. Ni el marcador, ni la diferencia, ni el público, ni el árbitro Fernando Teixeira Vitienes, que pitó mal para las dos escuadras, que no vio los 5 pénales que ambos equipos le reclamaron.

El Madrid sacó su fuerza, su dinámica, no se amilanó, ni se derrumbó por la desventaja.

Quedaban en frente 45 minutos, y todo en el fútbol es posible, claro, si se quiere y si se puede. Y había que arriesgarse: o salir bien goleados o salir como héroes.

Esta es otra esencia que también tiene el fútbol.

“no está vencido, ni muerto, ni derrotado, quien pelea, y quien pelea con argumentos”.

El Madrid erigió su frente y fue por su dignidad futbolística porque no renunció a las ganas de jugar bien al fútbol.

Quizá la jugada más polémica del partido fue la del minuto 53; cuando un cobro desde la izquierda, en el área catalán terminó con un gol de cabeza del defensor Sergio Ramos, que ponía el 2×1, pero el árbitro Teixeira Vitienes, lo anuló por empujón contra Dani Alves.

En el minuto 61, Benzemá reemplazó a Higuaín, y el Madrid encontró más potencia en el ataque.

El Barça estaba tranquilo, porque ganaba y porque clasificaba.

Özil se la sirvió a Cristiano Ronaldo, y este en un gambeteo largo por la derecha se llevó a Pinto, y clavó el descuento a los 68 minutos.

2×1, y renacía la ilusión merengue.

El Madrid había retornado para enaltecer su orgullo y para dignificar su fútbol.

4 minutos más tarde, Benzemá aprovechando otro error de Piqué colgaba el 2×2, en un bonito sombrero que le tejió a Puyol, y después remató con fuerza para batir a Pinto.

Con el 2×2 en la pizarra, y 18 minutos para el final, solo les faltaba un gol a los blancos madrileños para avanzar a la semifinal.

Hasta aquí se había logrado “lo imposible”(que tampoco existe en el fútbol, más bien la palabra “imposible” sí existe en la mentalidad atornillada de algunos futbolistas que se la creen cuando van perdiendo por grandes diferencias).

El Madrid seguía jugando como el mejor Barcelona, y el Barcelona seguía impotente, amarrado, inoperante, sin ambición, jugando como el peor Madrid, aguantando el resultado y apretando la clasificación, arropado por una hinchada que se mordía los labios y que contenía la respiración.

Pero los 18 minutos restantes más los 2 que agregó el silbato, no le sirvieron, ni tampoco le alcanzaron a los merengues de Mourinho, para conquistar el tercer gol;

Y el Barça se fue con el empate y un plácido sabor a victoria, y de ñapa su clasificación.

Y el Madrid, que murió con las botas puestas, que reeditó toda su dignidad futbolística, se fue perdedor y eliminado.

Al final, los madridistas fueron a “gritarle” todo su dolor, toda su rabia, toda su impotencia y toda su eliminación al árbitro Teixeira Vitienes.

Creo, sinceramente, que después del pitazo final “ya no vale la pena llorar sobre la leche derramada”.

Al Madrid no lo eliminó el árbitro Teixeira Vitienes.

El Real Madrid se eliminó él solito.

Se eliminó en todas aquellas oportunidades creadas, malogradas y no embocadas en el arco de Pinto.

Y por favor, no le busquemos más disculpas, “el fútbol escoge ganador”, de nuevo me reitero en mi teoría.

Y de nuevo, el fútbol, lo ha escogido al Barcelona catalán, el equipo culé, de Pep Guardiola, el mismo de “la pulga” Lionel Messi, el mejor equipo de fútbol del presente siglo”, como al ganador.

Y ante dicha escogencia como fiel evidencia, nada puede hacer ningún equipo.

Una vez más; ¡¡¡ Real Madrid; el Barça es tu Papá !!!

https://www.planetafutbol.com/paradoja-hace-diez-anos-el-barcelona-fc-masculino-era-el-mejor-equipo-del-planeta/

 

ENTRENADOR
PHANOR HUMBERTO RAMÍREZ PEÑA