En el mediodía de ayer domingo, el Doctor Hernán Peláez Restrepo, contó en su espacio radial del “Café Caracol”, como invitado de turno a un calidoso que hizo de nuestro fútbol colombiano, protagónico y bien jugado de las épocas 60/80, una exquisitez plena y un goce permanente del disfrute deportivo.

Activo aún hoy día, ejerciendo las veces de asistente técnico de Jorge Luis Pinto, en el Cúcuta de sus amores; Germán González, -poco conocido por su nombre y su apellido- nos deleitó a los oyentes con la gama de sus anécdotas, que fue interactuando una a una a través del conversatorio.

“El Burrito”, como se le conoce para el común del fútbol, a Germán González, apelativo que heredó de su padre, a quién le colgaron el remoquete del “Burro”, después de que este en una gresca le diera tremenda paliza a su contrincante el cuál debió clamar por protección, “quítenme este burro de encima”, actuó por espacio de 15 años, entre 1964 y 1979, en los equipos Cúcuta Deportivo, (en dos temporadas, iniciando y cerrando su ciclo) Deportivo Cali, Deportivo Pereira y América.

Marcó en este historial deportivo un total de 60 goles durante los campeonatos colombianos y 6 goles en la Copa Libertadores, con el Deportivo Cali, equipo con el cuál “vivió” 8 años de su trascurrir en la primera división.

“Burrito” González, se inició en el equipo de su “tierra chica”, el Cúcuta Deportivo, cuando lo orientaba el exjugador uruguayo, Juan Eduardo Hohberg, y la constelación de estrellas charrúas de la época, encabezados por los inolvidados defensores Cleto Castillo y Julio Brucessi, como por temible goleador Ómar Verdún.

El cuadro “Motilón”, ve empezar a erigirse como “estrella” al hijo de su tierra, Germán “Burrito” González, ese año de 1964, quizá uno de los mejores en el registro deportivo del club, año en el que alcanzó el subtítulo, con 56 puntos, uno detrás de Millonarios, el campeón, y en el cual “las circunstancias” adversas le jugaron una mala pasada, la última fecha del torneo.

Ese año 1964, “Burrito” alterna entre otros jugadores con Rolando Serrano, Víctor Pignarelli, Julio Castillo, (hermano de Cleto), Julio Brucessi, Heriberto Solís, Mario Sanclemente, Ómar Ives Ayala y Gilberto “Palomo” Ramírez.

Los registros de partidos actuados con el Cúcuta, las dos temporadas que vistió su casaca “rojinegra” son: 186 partidos jugados y 30 goles convertidos.

En el año 1968, “Burrito” González, alcanza el rótulo importante de ser una de las transacciones más ruidosas de la época al llegar “fichado” por el Deportivo Cali, que presidía don Alex Gorayeb.

Y debe debutar en diciembre del 67, en la temporada internacional de cierre de año, ante los equipos Dínamo de Moscú, con Lev Yashim, a la cabeza, el histórico arquero de la selección rusa, al que Colombia le acomodara 4 goles, en el Mundial de Arica Chile, en 1962. El segundo partido lo juega ante la selección de Hungría.

El impacto que deja el “Burrito” en este debut, lo hace entrar al Cali por la puerta grande, y empieza a cuajar su imagen de jugador talentoso, exquisito y dúctil con el manejo del esférico.

En el Cali, entre 1968 y 1976; temporadas de años de su participación, “Burrito” logra codearse con toda la pléyade de jugadores criollos y extranjeros, (argentinos, uruguayos, paraguayos, brasileños y peruanos) que hicieron su desfile por el “verdiblanco” de la Sultana.

Pedro Antonio Zape, Alberto Cardacci, Miguel Escobar, Óscar López, Henry “la Mosca” Caicedo, Álvaro Contreras, José Rosendo Toledo, Óscar “el Moño” Muñóz, Fernando “Bombillo” Castro, Alfonso Escobar, Mario Sanclemente, Joaquín Sánchez, Hébert Barona, Raúl Emilio Bernao, José “el Piojo” Yudica, “el Pato” Colman, Jairo Arboleda, Oswaldo Calero, Mario Agudelo, Mario Desiderio, Jorge Olmedo, Miguel Loaiza, “el Pocho” Barroso, Víctor “Pipas” Solarte, Ángel María Torres, Abel Da Gracca, Arístides Del Puerto, Jorge Gallego, Iroldo Rodríguez de Oliveira, Juan Carlos Lallana, Nilson Severino Díaz.

Conformó el mediocampo más espectacular que hubo en su momento con el “Maestrito” Jairo Arboleda y con Oswaldo “Pescadito” Calero. “Burrito” siempre fue el número 8, ese volante de enganche por la derecha, -o interior derecho de antes- que hoy lamentablemente “está perdido” en nuestro fútbol.

Volante de enganche que surtía y que también quitaba el balón.

Contó el invitado que una vez le preguntaron al médico Gabriel Ochoa Uribe, cuál sería para él la nómina del equipo de Colombia, y les dijo: les doy el mediocampo: “Burrito”, Arboleda y Calero.

Campeonó “el hijo de Cúcuta”, con el equipo de Alex, los títulos de 1969, (dirigiendo don “Pancho” Villegas) 1970, (dirigiendo Roberto Resquín) y en 1974, (dirigiendo Vladimir Popovic).

Jugó oficialmente con el “verdiblanco”, 214 partidos y anotó 21 goles. Actuó a su vez en 38 juegos de la Copa Libertadores, anotando en 6 ocasiones.

Recordó “Burrito” que en las confrontaciones más inolvidadas de su paso por el Cali, además de los regionales con América, siempre era Millonarios “el equipo a vencer”, partidos clásicos estos tanto en el “Pascual” como en el “Campín”.

Con los compañeros con quienes más se entendió, evocó además de Arboleda y de Calero, igualmente a Abel Da Gracca, Arístides Del Puerto, Jorge Gallego y Nilson Severino Díaz.

“Jugar en el año 20 partidos en el Cali era una hazaña”, por el sin número de volantes y de jugadores que habían disponibles para el mediocampo, todos de primerísima calidad. Y él lo pudo hacer, gracias a su rendimiento, calidad y efectividad.

Entre los técnicos que más le aportaron, señaló después de Hohberg, a “Pancho” Villegas, al “Pulpa” Echamendi, al “Polaco” Cap, a Popovic, al flaco Luís López y a Edgar Barona, quién lo convocó a la selección para los Juegos Olímpicos de México.

Y en un viaje a la capital paisa, para enrolarse con el Medellín, aparece su contrato para irse al Deportivo Pereira, en 1977, donde alterna con Darío López, Gerardo Moncada, Luis Gerónimo López, Aurelio Balbuena, Eliseo Gaona, Armando “el Mudo” Torres, Arístides Del Puerto, Mario Rivarola y Gustavo Santa.

Con los matecañas juega 51 partidos y anota 9 goles.

Llega al América de 1978, dirigido por Víctor Pignarelli y allí se codea con Aurelio Pascutini, Luis Eduardo Reyes, “erniño” Américo Quiñones, Jorge Olmedo, Horacio Ferrín, “la Fiera” Jorge Ramón Cáceres y el “Pinimo” Más.

“Burrito” actúa en solamente 12 formaciones con los escarlatas, y no convierte ningún gol. Está parado por una lesión de meniscos.

Y en 1979 se sentía ya muy repetido en la ciudad de Cali, y decide aceptar su regreso al equipo “Motilón” donde lamentablemente la lesión de meniscos, lo margina definitivamente para el fútbol activo.

Sin embargo su cifra de 501 partidos oficiales jugados y sus 66 goles alcanzados (entre torneos locales y Copa Libertadores) lo dejan esculpido como uno de los “criollos” históricos de grata recordación en nuestro balompié, por “su toque exquisito, preciso y de primera”.

Ahora además de conocérsele en Cúcuta como el “Burrito”, es llamado igualmente “Bachiller”, porque el Colegio Calasanz de la capital nortesantandereana le ha conferido ad honoris, el título en mención.

Por su mente afloraron las anécdotas de Cleto Castillo de cómo una vez le pegó una bola de chicle al cabello de Óscar López, y en muchas otras les echaba “vick vaporub” en los ojos a sus contrincantes para sacarlos de casilla.

Una segunda fue cuando el narrador Carlos Arturo Rueda Calderón, los bautizó como el “Zoológico del sur”, porque además con él, “Burrito” González, actuaban por el Cúcuta, “el Palomo” Ramírez, “el Gallo” Ardila, “el Chita” Gómez y “el Culebro” Rojas.

Y quizá la más “chirriada”, -como dicen los rolos- de estas anécdotas fue aquella en la que perdiendo un partido 0 X 2, el Cali en “el Pascual” y el árbitro era el “Chato” Velásquez, “Burrito”, buscando que este parara el partido para poder tomarse el equipo un nuevo aire, lo instigó diciéndole: “ese equipo está jugando con 12”.

Al final “Chato” paró para contar los jugadores contrarios y halló que habían 11. Y fue a decirle al “Burrito”, que no eran 12 sino 11. Este le dijo: “Es que parecen como 12 por todo lo que corren”.

El presidente caleño Alex Gorayeb que grababa los partidos, en el momento de la repetición preguntó por qué lo habían parado, y el “Burrito” le explicó que él se había inventado eso “de que el otro equipo estaba con 12 en el campo” para que “Chato” parara el partido y contara los jugadores contrarios; mientras los del Cali tomaban un respiro que al final se dio, pues no recibieron más goles.

En Enero del 2007, cuando el Cúcuta empezó su pretemporada de año aquí en la capital, viví el grato placer de compartir y de conversar largamente, -además de ver la práctica del equipo- con “el Burrito” González, en una nota que busqué hacer para La Revista del Cali, con él y con el técnico “Motilón” de entonces Jorge Luis Bernal.

Y allí pude evidenciar en aquella oportunidad de revivir tantos instantes hermosos del fútbol, toda la sencillez de persona como la calidez humana del “Burrito” Germán González, que, igual ayer día, en la audición del “Café Caracol”, nos trasmitió desbordada a flor de labios.

Hoy día, para satisfacción de los chicos de su tierra que quieren iniciarse y consolidarse en el juego del fútbol, tiene a disposición su propia escuela allí en “La Perla de la Frontera”, llamada “Burrito”, la cual le administra su hija Vivian Jimena.

¡¡¡ Enhorabuena porque “El Burrito” Germán González, está aún disponible y en plenitud para seguirle aportando calidez y calidad a nuestro fútbol profesional colombiano. mejor por el fútbol exquisitamente bien jugado !!!

Con admiración y aprecio, …

ENTRENADOR
PHANOR HUMBERTO RAMÍREZ PEÑA